Monday, November 19, 2012

El descubrimiento y sus mitos

  
Al contrario de la creencia generalizada, habrían sido 17, y no tres, las embarcaciones que llegaron a la Isla

Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com
¿Tres o 17 embarcaciones? ¿En el primero o en el segundo viaje? ¿Por Aguada o por Aguadilla? ¿Fue Colón o Pinzón?
Pese a que hoy se cumplen 519 años de la llegada de los españoles a Puerto Rico –hecho bautizado como el “descubrimiento”–, todavía giran mitos en torno al suceso que la historia moderna no ha podido aclarar.
Con motivo de la efeméride, El Nuevo Día conversó con los historiadores Rafael Torrech, Nelson Hernández y Pedro Reina, quienes arrojaron luz sobre la conquista europea.
Una de las escenas que más se recrean –y que posiblemente es incorrecta– es la del navegante Cristóbal Colón con una de sus rodillas en la arena y tres carabelas de fondo.
Si bien las carabelas corresponden a La Pinta, La Niña y La Santa María, esas fueron las embarcaciones que Colón utilizó en su primer viaje, en 1492.
Colón llegó a Puerto Rico un año más tarde con una expedición de 17 embarcaciones –cinco naves y 12 carabelas–, según Torrech.
“El descubrimiento de América fue el acontecimiento de la época. Todo el mundo se alistó para el segundo viaje de Colón. Eran como 1,500 hombres en ese segundo viaje. Se entiende que no vinieron mujeres”, dijo Torrech.
Este tema da paso al debate del lugar exacto del desembarque de Colón, hecho que por los pasados siglos ha sumergido a los amantes del tema en largas horas de estudio.
“Los colonizadores no tenían noción de las dimensiones de la Isla”, sostuvo Hernández, al recordar que en el segundo viaje de Colón iba a bordo el médico Diego Álvarez Chanca, quien dejó una “carta descriptiva” del lugar del desembarque.
Según Hernández, esa carta da cuenta de que la flota de Colón toco tierra al oeste del país para abastecerse de agua o hacer una “aguada”.
En ese breve desembarque, pues se dice que Colón partió hacia La Española en la madrugada del 20 de noviembre, la Isla fue bautizada con el nombre de San Juan Bautista.
A juicio de Torrech, el lugar exacto del desembarque nunca se sabrá con certeza, a menos que surjan nuevas fuentes o evidencias.
“En general, se acepta la desembocadura del río Culebrinas, entre Aguada y Aguadilla, como el lugar más probable. El patrón de colonización se concentra en esa área, y en ese río fue la primera fundación de San Germán”, señaló Torrech.
El cuento del primero
En la época de la conquista, “descubrir” no era solo llegar a sitio nuevo, sino tomar posesión, dejar constancia material, hacer un acta, localizar el lugar en un mapa e informarlo a los reyes y otras autoridades.
Torrech, Hernández y Reina coincidieron en que existe un “teoría muy fuerte” de que Colón no fue el primer europeo en llegar a Puerto Rico, sino Martín Alonso Pinzón.
Pinzón fue el capitán de La Pinta en el primer viaje de Colón y se cree –aunque los detalles se desconocen– que ambos se separaron por una discrepancia.
Se dice que en ese tiempo que navegó solo, Pinzón pasó o atisbó la isla de Puerto Rico. Pinzón regresó a España antes que Colón, bastante enfermo, y murió poco después.
“De ahí surge la teoría de que quien propiamente descubrió fue Pinzón en el primer viaje, no Colón en el segundo. Lo que pasa es que el segundo viaje tuvo mayor trascendencia y es el que ha prevalecido”, dijo Hernández.
Reina, entretanto, destacó que existen teorías acerca de expediciones chinas y vikingas hacia América mucho antes que las de Colón.
“Los vikingos atravesaron el (océano) Atlántico por el norte y los chinos cruzaron el (océano) Pacífico y llegaron a América del Sur. Colón llegó a América por accidente. Él iba hacia India, por lo que el azar jugó un rol muy importante”, comentó Reina.
Nada de dóciles
Otro mito que prevalece cinco siglos después del descubrimiento es el de la imagen dócil de los taínos.
“Había consabidas y entendibles disputas entre los taínos y los indios caribes. Los españoles exageraron esas rivalidades para legitimar el proceso de conquista”, recalcó Hernández, al afirmar que Álvarez Chanca hace referencia en sus diarios a la rivalidad entre los indígenas.
Un cuento que se repite en innumerables libros de texto es el ahogamiento de Diego Salcedo, con el que los taínos comprobaron que los conquistadores no eran inmortales.
“Historiadores como Sued Badillo han cuestionado si realmente existían dos grupos indígenas separados: los taínos (pacíficos) y los caribes (guerreros). O si, en realidad, bajo el denominador caribe se agrupó a todo indígena beligerante a España para justificar su exterminio”, dijo Torrech.
“La verdad es que, por más de un siglo, la región oriental del país careció de asentamientos españoles permanentes, a pesar de los constantes e importantes intentos, ya que los caribes, desde Vieques, los saqueaban e incendiaban sistemáticamente”, agregó.
Reina destacó que el proceso de colonización no fue tan “doméstico” como lo pintan casi siempre.
Según contó, fue un acto de violencia que puso fin a la cultura taína; un proceso de invasión y dominación que se ha idealizado y mitificado a través de estos 519 años.
“La propia figura de Cristóbal Colón también ha sido impugnada en términos académicos muchas veces”, declaró Reina.
Sobre este asunto, Hernández comentó que si bien a Colón se le reconoce como un extraordinario navegante, también se distinguía por su afán de dominio sobre otras culturas.
“Era lo que se había heredado en la Edad Media: imponer a pueblos distintos las visiones culturales y religiosas. En las llamadas Capitulaciones de Santa Fe vemos que Colón pide ser virrey y que se le dé poder de naturaleza judicial en los territorios que conquiste... No necesariamente fue un hombre de naturaleza noble. Quizás algunas veces se le vio con altruismo y sin mayores intereses”, concluyó Hernández.

Saturday, November 3, 2012


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