Posted:
01 Dec 2012 06:59 AM PST
Nuestra Isla se convertirá en dos
Durante el próximo medio millón de años, el mar entrará al
Valle de Lajas
Eventualmente, el mar Caribe entrará a las zonas
más bajas del Valle de Lajas –en la foto–, a lo largo de una línea imaginaria desde la bahía de
Boquerón hasta cerca de
Guánica, creando una nueva isla en el archipiélago boricua. (Archivo)
Por Wilson González Espada / Especial
El Nuevo Día
La
corteza terrestre se divide en decenas de pedazos llamados placas tectónicas. Estos pedazos,
también llamados placas litosféricas, varían bastante en espesor.
Las
placas que son parte del fondo de los océanos pueden medir hasta 15 km (10
millas) de espesor. Otras placas que tienen continentes encima pueden llegar hasta los 200 km (125
millas) de espesor. Las placas litosféricas pueden tener un diámetro de cientos
o miles de kilómetros.
Estas
inmensas losas de roca flotan sobre otras rocas semifluidas de mayor densidad que se encuentran debajo.
Los geólogos, los científicos
que estudian el interior de nuestro planeta, pueden identificar los bordes entre una placa y otra ya que
es ahí donde se originan y se concentran la mayoría de los terremotos y volcanes.
En
otras palabras, si usted marca en un mapa del mundo aquellos lugares donde ocurren terremotos frecuentemente o donde
ocurren erupciones volcánicas, las marcas no van a estar regadas a lo loco, sino
que van a crear contornos. Estas líneas son la guardarraya entre placas.
Un
complicado movimiento de rocas subterráneas a alta temperatura, cuyo motor es el
calor interno del planeta, empuja, hala o arrastra las placas tectónicas. A
veces las placas chocan de frente, un fenómeno que se llama convergencia, y que
suele producir terremotos, volcanes, o montañas, dependiendo si es océano o
continente lo que las placas cargan encima. Montañas como los Andes y volcanes como los de Japón y la costa oeste de Canadá se
desarrollaron de este modo.
Si
las placas se mueven en dirección opuesta una de la otra, entonces las placas
rozan, creando terremotos pero raramente volcanes o montañas. Este tipo de
movimiento es responsable por los
terremotos cerca de Turquía, Pakistán, Nueva Zelanda y el estado de California.
En
otros casos, las placas se alejan entre sí. Esta divergencia entre placas
litosféricas es la responsable de que las Américas continúen alejándose de
África y Europa, y de que Islandia se esté rajando en dos mitades.
La
zona del Caribe, incluyendo Puerto
Rico, la Española, Jamaica, las Antillas Menores, un pedazo de Cuba y varios países de Centroamérica al sur de México
flotan en su propia placa tectónica, llamada la Placa del Caribe. Esta placa tiene un área de más de 3
millones de kilómetros cuadrados.
La trinchera
La llamada Trinchera de Puerto Rico,
al norte de la Isla, define
uno de los bordes entre la Placa del Caribe y la Placa de Norteamérica. Estas se
mueven en dirección opuesta en este punto, lo que crea terremotos frecuentes,
incluyendo el devastador terremoto de Haití hace algunos años atrás.
Al
este de Puerto Rico, en la zona de las Antillas Menores, se halla una zona de convergencia entre placas
litosféricas. Esta convergencia es responsable de los volcanes en Guadalupe, Monserrate, Dominica, Martinica y otras islas cercanas.
Hasta
no hace mucho, los geólogos no habían observado divergencia tectónica cerca de
Puerto Rico. En años recientes, sin embargo, con el desarrollo de mediciones geográficas de
posición con satélites (GPS, Global Positioning Systems, por sus siglas en inglés), se ha
descubierto que la placa del Caribe podría estar dividida en placas más
pequeñas, llamadas microplacas.
Algunas
de estas microplacas parecen no moverse en la misma dirección que las demás,
creando zonas de microdivergencia.
El científico Desmond Ihemedu, un estudiante de maestría de la
Universidad de Texas en Arlington, visitó Puerto Rico y colocó 32 detectores de
GPS en múltiples lugares para medir la velocidad de la Isla a medida que la
Placa del Caribe se desplaza. Los datos obtenidos sugieren que la zona al sur
del Valle de Lajas no se mueve en la misma dirección comparada con los otros
lugares donde se colocaron los GPS, confirmando así otros estudios
previos.
El
científico estimó que la zona al sur del Valle de Lajas se mueve a una velocidad
de casi 3 milímetros al año. Esta velocidad es apenas perceptible, y personas
viviendo en el área no verán ningún cambio en el Valle de Lajas a lo largo de
muchas generaciones.
Se
estima que, a lo largo del próximo medio millón de años, el Valle de Lajas se
alejará poco a poco del resto de la Isla. Eventualmente, el mar Caribe entrará a
las zonas más bajas del Valle, a lo largo de una línea imaginaria desde la bahía
de Boquerón hasta cerca de Guánica, creando una nueva isla en el archipiélago
boricua.
En
lo que la geología nos regala una nueva isla, disfrutaremos por miles de años de
los atractivos turísticos de esa zona, incluyendo los Refugios de Vida Silvestre
de la Laguna Cartagena y las Salinas de Cabo Rojo, el bosque de Boquerón y la
zona de La Parguera.
(El
autor es catedrático asociado en física y educación científica en Morehead State
University y miembro de Ciencia Puerto Rico - www.cienciapr.org).
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Sunday, December 2, 2012
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