Saturday, January 29, 2011
Venciendo la adversidad
Wilma Glodean Rudolph nació en Clarksville, Tennesee, el 23 de junio de 1940, en el seno de una prolífica familia: era la vigésima de veintidos hermanos. Sus padres, Ed y Blanche Rudolph, eran gente honesta y trabajadora, pero eran muy pobres.
Wilma fue un bebe prematuro y al nacer pesaba menos de dos kilos. Además la segregación racial impidió que Wilma y su madre fueran atendidas en el hospital local, ya que solo estaba para los blancos.
Finalmente logró sobrevivir, pero su infancia estuvo plagada de enfermedades: sarampión, paperas, escarlatina, neumonía doble, y finalmente, antes de cumplir los cinco años, la poliomelitis dejó su pierna izquierda paralizada. El médico le dijo a sus padres que no volvería a caminar, ya que no existía una curación para esta enfermedad.
Sus padres no se dieron por vencidos, y la llevaron al Meharry Hospital, un hospital de la Universidad Fisk en Nashville, a unos 70 kilómetros de donde ellos vivían. La madre de Wilma la llevaba hasta allí dos veces por semana para hacer rehabilitación, y lo hizo durante dos años, hasta que finalmente Wilma pudo caminar con ayuda de una abrazadera de metal en su pierna. A partir de ahí pudo seguir haciendo los ejercicios su propia casa.
Todos sus hermanos y hermanas la ayudaron mucho en esta epoca dificil para ella, y le dieron animos para ser fuerte y trabajar para recuperarse del todo. Finalmente a los 12 años pudo caminar con total normalidad, sin usar muletas, ni aparatos ortopédicos ni nada.
A causa de no poder caminar Wilma Rudolph no acudió a la escuela como los demás niños hasta los siete años. Hasta entonces le llevaban las tareas a casa para que pudiera seguir el ritmo. Cuando por fin acudió a las clases, tuvo que sufrir las burlas de sus compañeros por llevar un aparato ortopédico.
Precisamente en 1947 las escuelas de los estados sureños fueron segregadas, y los estudiantes negros y blancos debían asistir a escuelas separadas. Aunque los negros pagaban los mismos impuestos que los blancos, sus escuelas estaban mucho peor financiadas y eran muchisimo peores, teniendo menos libros, profesores, aulas y materiales.
Cuando iba al instituto, el Burt High School, Wilma siguió el ejemplo de su hermana mayor Yolanda y empezó a jugar al baloncesto, deporte en el que destacó, llegando a ganar el campeonato escolar del estado de Tennessee. Tambien empezó a participar en carreras de pista, donde ganaba casi siempre.
Cuando tenía 15 años conoció a Ed Temple, que por esa epoca era entrenador del equipo de atletismo de la Universidad Estatal de Tennessee, y que fue el descubridor del enorme potencial de Wilma Rudolph para las pruebas de velocidad. A partir de ese momento empezó a entrenar con él, pese a que Wilma aun iba al instituto.
Su progresión fue tan espectacular, que con solo 16 años logró clasificarse en los trials de Seattle para competir en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, donde participó en los 200 metros y en los relevos 4 x 100 metros. Fue el miembro más joven del equipo norteamericano de atletismo en esos Juegos. En los 200 metros no logró clasificarse para la final, pero en la prueba de relevos logró su primera medalla olímpica, al acabar en tercera posición, detras de Australia y Gran Bretaña. El equipo de Estados Unidos lo formaban por este orden Mae Faggs, Margaret Matthews, Wilma Rudolph e Isabelle Daniels.
Tras acabar el instituto, en 1957 recibió una beca para ir a la Universitad Estatal de Tennessee, donde tenía a Ed Temple de entrenador. Wilma se convirtiría en la mejor velocista del mundo en esos años, aunque en 1958 tuvo tiempo para ser madre de una niña, Yolanda.
En los Juegos Panamericanos de 1959 celebrados en Chicago, fue segunda en los 100 metros y oro en los relevos 4 x 100. Ese año tambien consiguió ganar su primer título de campeona de Estados Unidos en 100 metros, que ganaría tres veces más (1960, 61 y 62). En 1960 ganó su único titulo nacional de 200 metros.
La competición de su vida fueron los Juegos Olímpicos de Roma 1960, donde logró subir a lo más alto del podio en tres ocasiones. En los 100 metros lisos se impuso por tres décimas a la británica Dorothy Hyman. En la final de 200 metros batió por cuatro décimas a la alemana Jutta Heine. El tercer oro le llegó a través del relevo 4 x 100 metros, junto a sus compañeras Martha Hudson, Lucinda Williams y Barbara Jones, que establecieron un nuevo record mundial con 44.4
Era la primera mujer norteamericana en ganar tres medallas de oro en una misma olimpiada. Tras su victoria fue recibida en el Vaticano junto al resto del equipo de EEUU por el Papa Juan XXIII.
Tras regresar de los Juegos convertida en una heroína nacional se celebró un desfile de bienvenida en su ciudad natal, Clarksville, en el que participaron negros y blancos sin ninguna segregación, en contra de lo que era habitual. El desfile de homenaje a Wilma Rudolph se recuerda como el primer acontecimiento multirracial que se llevó a cabo en esta ciudad.
Ella se comprometió además a participar en todas las protestas que se hicieran hasta acabar con las injustas leyes de segregación racial que imperaban en el Sur.
Tras los Juegos de Roma siguió compitiendo a gran nivel. En 1961 participó en una gira por diversos países de Europa, donde tenía muchísimos fans. Los franceses la llamaron 'La Perle Noire', y los italianos 'La Gazella Nera'.
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